Con mi Old Parr celebrando |
A pesar de conmemorarse 37 años de mi nacimiento… Hoy decidí no cumplir años, no quiero felicitaciones porque las encuentro vacías, espero que no me malinterpreten. No lo digo porque no valore las manifestaciones de cariño que me puedan dar o porque cuestione lo que sientan los demás por mí, ni sus buenos deseos, que sé que vienen desde su alma, sino por lo que siento yo ante una de las peores situaciones que he vivido en mi país.
No se trata de política, se trata de humanismo, de principios, valores, cultura y pensamiento libre. Hoy no tendré amigos a mi lado porque los mejores y más queridos ya no viven en Venezuela, los que se quedaron no pueden reunirse porque no les alcanza ni el tiempo, ni el dinero, ni el raciocinio para compartir con la cumpleañera de pensamiento liberal.
Hoy permanecí en calma, en casa con mi familia directa, la que siempre ha estado a mi lado, gracias a Dios, fantaseando de vez en cuando con regalos sorpresa y con una patria libre, donde pueda comprar al menos una deliciosa torta o los ingredientes para hacerme un buen postre yo misma. Trato de no pensar en los sesos de líderes políticos izquierdistas extranjeros que piensan más y mejor que derechistas venezolanos permisivos favorecedores del caos nacional. Con razón pasamos a ser el país más feliz del mundo…
… Qué felicidad tan deliciosa de país tenemos, que considera y sataniza, en su mayoría, que analizar, hablar y decidir sobre la grave situación que vivimos desde hace más de 15 años es un tabú, es negativo conversar sobre ello. Cada día que pasa, Venezuela parece ser más pobre, no sólo en su economía sino también en valores, cultura y pensamientos. Repito, parece ser, no quiere decir que en realidad lo sea… ¿Alcanzarán algún día los “come flores” que viven dándose permiso para vivir en nubes de algodón de azúcar ver la realidad que aplasta a TODOS los venezolanos?. Hacerse el pendejo no cambia, ni mejora nada. Hay que actuar y participar en todo lo que sea posible participar, porque todo importa, todo duele; el país está en un coma inducido y nos necesita por completo, en alma, vida y corazón, no cuando nos provoque. Aislarse y crear universos imaginarios paralelos NO nos hace avanzar como sociedad. Basta de alegrías absurdas desproporcionadas mientras siguen muriendo de mengua nuestros familiares, amigos, conocidos y hermanos venezolanos.
Mi realidad de hoy 28 de mayo de 2016 fue una arepita de maíz con queso llanero junto a un juguito de patilla que me hizo mi abuela Lucelia y me entregó diciéndome: “Felicitaciones, te quiero mucho, para el próximo año tendrás un cumpleaños en democracia”, una frase que me dio escalofríos.
En la noche mi mamá me trajo una torta que hizo Elizabeth Fratini, a quien considero una prima de vida. Me la entregó y la acompañó con la siguiente frase: “Aprovechen las últimas tortas de Eli porque cada día que pasa se hace más difícil conseguir harina”.
Yo no canto cumpleaños porque me parece de manicomio cantarme a mí misma, me gusta que me canten espontáneamente, aunque me da mucha vergüenza si lo hacen en público. A mí lo que me gusta es comerme la torta, que por cierto está deliciosa, como todo lo que cocina Eli, toda una redundancia de chocolate, en el buen sentido de la palabra “redundancia”.
Bueno, gracias a Dios, (todavía creo en Dios, es lo que me sostiene, aunque no profeso ninguna religión), por un año más de vida aprendiendo justamente a vivir lo que nos ha tocado. ¿Lo merecemos? No sé, eso lo decide cada quien según sus creencias y convicciones. Por mi parte, muchas veces, siento que no encajo en la sociedad guayanesa, encajo más en la caraqueña, debe ser porque nací allá, pero eso es otro tema del cual hablaré en otra oportunidad.
Y bueno… antes de irme a la cama a ver una película india, que me encantan; me han llamado mis primos Pao y Diamela desde Caracas. Mi querido primo me ha dedicado este gran deseo: “Espero que se estreche la brecha entre lo que eres y lo que quieres ser”. Una gran reflexión que me dejó atónita, me la llevaré a la cama esta noche para dormir con ella. Y no sólo esto me dijo, también me expresó lo siguiente: “Quisiera poder felicitar a tu padre, tú eras la luz de sus ojos y sé que te cuida desde otra dimensión. Este es un día de júbilo, en el que tu madre y tu padre te trajeron al mundo.”
Entonces, viajé en el tiempo, no para huir de lo actual, sino para evocar aquellos cumpleaños tan felices, donde se llenaba mi casa de amigos, que ahora (algunos) no me recuerdan, los bienmesabes de mi madrina María Valera que eran los más vendidos de la urbanización; mis padrinos Antonio y Mercedes Seijas, creo que no hay padrinos en el mundo mejores que ellos, no por los regalos que me daban sino por el amor infinito que me brindaron siempre; imposible olvidar los famosos creativos cotillones hechos por mi mamá, por los cuales muchos se peleaban y otros los coleccionaban.
No se trata de política, se trata de humanismo, de principios, valores, cultura y pensamiento libre. Hoy no tendré amigos a mi lado porque los mejores y más queridos ya no viven en Venezuela, los que se quedaron no pueden reunirse porque no les alcanza ni el tiempo, ni el dinero, ni el raciocinio para compartir con la cumpleañera de pensamiento liberal.
Hoy permanecí en calma, en casa con mi familia directa, la que siempre ha estado a mi lado, gracias a Dios, fantaseando de vez en cuando con regalos sorpresa y con una patria libre, donde pueda comprar al menos una deliciosa torta o los ingredientes para hacerme un buen postre yo misma. Trato de no pensar en los sesos de líderes políticos izquierdistas extranjeros que piensan más y mejor que derechistas venezolanos permisivos favorecedores del caos nacional. Con razón pasamos a ser el país más feliz del mundo…
… Qué felicidad tan deliciosa de país tenemos, que considera y sataniza, en su mayoría, que analizar, hablar y decidir sobre la grave situación que vivimos desde hace más de 15 años es un tabú, es negativo conversar sobre ello. Cada día que pasa, Venezuela parece ser más pobre, no sólo en su economía sino también en valores, cultura y pensamientos. Repito, parece ser, no quiere decir que en realidad lo sea… ¿Alcanzarán algún día los “come flores” que viven dándose permiso para vivir en nubes de algodón de azúcar ver la realidad que aplasta a TODOS los venezolanos?. Hacerse el pendejo no cambia, ni mejora nada. Hay que actuar y participar en todo lo que sea posible participar, porque todo importa, todo duele; el país está en un coma inducido y nos necesita por completo, en alma, vida y corazón, no cuando nos provoque. Aislarse y crear universos imaginarios paralelos NO nos hace avanzar como sociedad. Basta de alegrías absurdas desproporcionadas mientras siguen muriendo de mengua nuestros familiares, amigos, conocidos y hermanos venezolanos.
Mi realidad de hoy 28 de mayo de 2016 fue una arepita de maíz con queso llanero junto a un juguito de patilla que me hizo mi abuela Lucelia y me entregó diciéndome: “Felicitaciones, te quiero mucho, para el próximo año tendrás un cumpleaños en democracia”, una frase que me dio escalofríos.
En la noche mi mamá me trajo una torta que hizo Elizabeth Fratini, a quien considero una prima de vida. Me la entregó y la acompañó con la siguiente frase: “Aprovechen las últimas tortas de Eli porque cada día que pasa se hace más difícil conseguir harina”.
Yo no canto cumpleaños porque me parece de manicomio cantarme a mí misma, me gusta que me canten espontáneamente, aunque me da mucha vergüenza si lo hacen en público. A mí lo que me gusta es comerme la torta, que por cierto está deliciosa, como todo lo que cocina Eli, toda una redundancia de chocolate, en el buen sentido de la palabra “redundancia”.
Bueno, gracias a Dios, (todavía creo en Dios, es lo que me sostiene, aunque no profeso ninguna religión), por un año más de vida aprendiendo justamente a vivir lo que nos ha tocado. ¿Lo merecemos? No sé, eso lo decide cada quien según sus creencias y convicciones. Por mi parte, muchas veces, siento que no encajo en la sociedad guayanesa, encajo más en la caraqueña, debe ser porque nací allá, pero eso es otro tema del cual hablaré en otra oportunidad.
Y bueno… antes de irme a la cama a ver una película india, que me encantan; me han llamado mis primos Pao y Diamela desde Caracas. Mi querido primo me ha dedicado este gran deseo: “Espero que se estreche la brecha entre lo que eres y lo que quieres ser”. Una gran reflexión que me dejó atónita, me la llevaré a la cama esta noche para dormir con ella. Y no sólo esto me dijo, también me expresó lo siguiente: “Quisiera poder felicitar a tu padre, tú eras la luz de sus ojos y sé que te cuida desde otra dimensión. Este es un día de júbilo, en el que tu madre y tu padre te trajeron al mundo.”
Entonces, viajé en el tiempo, no para huir de lo actual, sino para evocar aquellos cumpleaños tan felices, donde se llenaba mi casa de amigos, que ahora (algunos) no me recuerdan, los bienmesabes de mi madrina María Valera que eran los más vendidos de la urbanización; mis padrinos Antonio y Mercedes Seijas, creo que no hay padrinos en el mundo mejores que ellos, no por los regalos que me daban sino por el amor infinito que me brindaron siempre; imposible olvidar los famosos creativos cotillones hechos por mi mamá, por los cuales muchos se peleaban y otros los coleccionaban.
Mi madrina María Valera |
De esta forma, hoy decidí vivir mis otros cumpleaños, donde estaba con mi tío Miguel diciéndome: “Karlinha apúrate, sopla rápido que tengo que irme” y detrás, mi prima hermana Marianne Morillo (que siempre he creído que es más que una prima) queriendo bailar sola en la pista de baile, que era el bar de la casa. Todos se detenían a ver su único paso y de verdad que reíamos hasta llorar.
Ni hablar de aquel emocionante cumpleaños número 30 en mi amada Caracas, sentada en la concurrida terraza de “El León” junto a mi querida familia Mayora, aunque me faltaba mucho Gaby, coautores de gratos recuerdos de infancia, también estaban mis primas Morales, que con tanto amor me han recibido en su hogar varias veces, mi amigo Miguelangel Rivero siempre tan cariñoso con sus abrazos rompe costillas y mi gran amigo Luis Loreto, quien por tres meses me soportó como su mejor amiga y me acompañó sin descanso para no sentirme sola, para que no me pasara nada malo en la selva de concreto, ojalá todos los amigos del mundo fueran como él, así de especial. No puedo dejar por fuera a Vanessa Ceravolo, quien me congela los dientes de la risa cada vez que dice algo… en ese cumpleaños caminamos por todo Chacao riéndonos junto a mis primas, buscando un cupo en Tequilibrio y es que todas nuestras salidas eran así, íbamos a un sitio y terminábamos en otro totalmente distinto pero siempre con mucha alegría.
Ni hablar de aquel emocionante cumpleaños número 30 en mi amada Caracas, sentada en la concurrida terraza de “El León” junto a mi querida familia Mayora, aunque me faltaba mucho Gaby, coautores de gratos recuerdos de infancia, también estaban mis primas Morales, que con tanto amor me han recibido en su hogar varias veces, mi amigo Miguelangel Rivero siempre tan cariñoso con sus abrazos rompe costillas y mi gran amigo Luis Loreto, quien por tres meses me soportó como su mejor amiga y me acompañó sin descanso para no sentirme sola, para que no me pasara nada malo en la selva de concreto, ojalá todos los amigos del mundo fueran como él, así de especial. No puedo dejar por fuera a Vanessa Ceravolo, quien me congela los dientes de la risa cada vez que dice algo… en ese cumpleaños caminamos por todo Chacao riéndonos junto a mis primas, buscando un cupo en Tequilibrio y es que todas nuestras salidas eran así, íbamos a un sitio y terminábamos en otro totalmente distinto pero siempre con mucha alegría.
La alegría hecha amistad |
Migue, el rompe costillas y aplasta cachetes |
Mi buen amigo Luis |
Convenciendo al muñeco |
Hoy hubo otra llamada, una que se repite desde hace 17 años, la de Ricardo Camelo, un amigo de vida, quien siempre ha estado a mi lado desde la distancia aunque sea para pelear o solamente escuchar música. Eso lo agradezco tanto, de verdad...
Ahora, si aún siguen leyendo... para culminar quiero revivir esos cumpleaños donde compartía con Ana Cecilia, Vanessa, María Gabriela, Patricia… esas amiguitas eran mi todo, mis hermanitas, mis cómplices, para una niña que se sentía muy sola, esas amiguitas eran lo máximo, mi mamá nos decía las inventoras porque nuestra creatividad no tenía límites… Luego al cambiar de sección encontré otras amigas tan valiosas como las anteriores. Me río mientras escribo recordando tantas cosas y pienso en lo mucho que quisiera que eso no hubiera cambiado, pero la vida es así, son ciclos que van pasando, son emociones inmortales que quedan dentro de mí y que no quiero olvidar, porque en un cumpleaños número 37 donde no hay nada más que un año más, puedo acudir a estos recuerdos para volver a sentir la alegría de lo vivido sin dejar de lado la realidad que nos abraza.
KAM®
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