Entre Dos Mundos Radioshow

Programa radial conducido por la licenciada Karla Ávila.

Demos

Distintos trabajos de locución realizados por la licenciada Karla Ávila.

Activismo Ciudadano

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Orientación que ayuda a promover la igualdad de los Derechos Humanos para la comunidad sexodiversa.

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Por el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.

domingo, 8 de julio de 2018

Minería ilegal: Cultura de la violencia y la ambición de poder

Por: Lcda. Karla Avila Morillo

La violencia y la minería ilegal están íntimamente relacionadas, así se evidencia al sur del estado Bolívar antes y después de las denuncias hechas por el diputado Américo De Grazia, destacando, entre muchas otros sucesos, la masacre de 28 mineros en Tumeremo el mes de marzo del año 2016. Asimismo, la abogada María Virginia Alarcón, coordinadora del Observatorio De Violencia en el estado Bolívar, indica que "los crímenes cada día van ganando más terreno, no solo en cantidad de víctimas sino también en la crueldad y saña de los delitos, registrando casos de cadáveres quemados, desmembrados, fuertemente abaleados y degollamientos".

Para ratificar su afirmación, según las cifras recopiladas por el OVV, el estado Bolívar posee tres de los diez municipios más violentos del país con las mayores tasas: El Callao con 816 víctimas por cada 100 mil/hab; Roscio (capital Guasipati) con 306 por cada 100 mil/hab; Sifontes (capital Tumeremo) con 274 por cada 100 mil/hab. Aquí se observa que Sifontes ocupa el cuarto lugar, siendo su capital Tumeremo, lugar donde se han conocido durante 2016, 2017 y 2018 diversos casos asociados a mineros y enfrentamientos entre grupos armados en su lucha por el control en la zona.

En un detallado análisis de inSight Crime, explica como las “Masacres de mineros en Venezuela son resultado de la guerra por el oro”, allí exponen cómo se organizan estas mafias, la jerarquía y su nivel de poder.

Camino a Las Claritas, El Dorado. Foto: Karla Avila M.

 
Desde el punto de vista jurídico, acota el abogado Alí Daniels, director de la ONG Acceso a la Justicia, que “la Constitución Bolivariana de Venezuela (Art. 120) establece que cualquier proyecto que vaya a generar impacto ambiental debe tener un estudio que garantice su viabilidad, además de una consulta previa y eso no ha ocurrido con ninguno de los proyectos del Arco Minero, ni en general ni en particular, ese solo hecho ha violado la Constitución, bien vale la pena señalar el hecho de que los contratos de interés nacional deben ser aprobados por la Asamblea Nacional, cosa que no ha ocurrido tampoco. Por lo tanto queda en evidencia dos vicios de inconstitucionalidad gravísimos, adicionalmente hay que decir que la cultura minera genera toda una serie de movimientos o consecuencias sociales, de cambios de estructura en la zona donde se instala, en el caso venezolano no es solo el tema de la explotación que ya en sí misma es grave, no existe minería que no contamine, toda minería contamina, bien sea legal o ilegal, si a eso se agrega que dicha actividad justamente por ser ilícita utiliza los mecanismos más burdos y baratos para ejercer su labor, eso hace que la misma sea de un alto costo, no solo para el medio ambiente sino para los propios obreros”. Dicho argumento se confirma con los datos proporcionados por ONU Medio Ambiente: “La minería de oro artesanal causa 35% de todas las emisiones de mercurio. Casi 15 millones de trabajadores están expuestos a este peligroso metal”. Vale la pena darle un vistazo también al sitio de internet ejatlas.org para ver cómo afecta, por ejemplo, en el estado Amazonas, específicamente la cabecera del río Ocamo en el parque nacional Parima-Tapirapeco, donde la Fuerza Armada Nacional Bolivariana impulsó varios planes para la erradicación de la minería ilegal en el año 2004 pero luego comenzaron a ir en declive y desatención según lo manifiestan organizaciones de los pueblos indígenas de esa región, quienes también revelan agresiones físicas contra las comunidades, con énfasis en la violencia contra las mujeres, lo cual ha llegado a la muerte de varios de estos pobladores originarios. 
Foto referencial de anuncio del Ministerio del Poder Popular para la industria básica y minería (2010) en la zona de El Callao, estado Bolívar. Venezuela. Foto: Karla Avila M.

Foto referencial de cartel de bienvenida en la entrada de El Callao (2010). Foto: Karla Avila M.


Dichas organizaciones indígenas han denunciado la sobre-explotación laboral de los aborígenes, quienes terminan realizando trabajos forzados para los mineros a cambio de una prenda de ropa, comida, algo de oro, mujeres, entre otros. Han denunciado también la violación de las hijas de las comunidades, agresiones y conflictos permanentes de los mineros hacia los indígenas. Esta situación ha mermado la capacidad de movilización de las comunidades por lo que La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha expresado su preocupación ante estos acontecimientos. Así lo documenta Environmental Justice Atlas.

Por otro lado, la Organización de Mujeres Indígenas Amazónicas Wanaaleru explicó en el informe para el Examen Periódico Universal (EPU) ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas (ONU) del año 2016, disponible en su sitio web, que “no cuentan con garantías específicas de protección y atención transversalizadas por la variable étnica, a pesar de la existencia de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, considerada un logro del movimiento feminista aunado a la voluntad política gubernamental, no obstante dicha Ley clasifica a las indígenas como un grupo especialmente vulnerable en su Art. 4, pero entre las circunstancias agravantes (Art. 65) no incluye la procedencia étnica, ni las acciones sexistas motivadas por la discriminación étnica y racial”.

Característica geográfica de zonas cercanas a las minas, estado Bolívar. Venezuela. Foto: Karla Avila M.
Característica geográfica de zonas cercanas a las minas, estado Bolívar. Venezuela. Foto: Karla Avila M.


Las ONG indígenas amazónicas, agrupadas bajo la Organización Regional de Pueblos Indígenas de Amazonas (ORPIA) y la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de Amazonas (COIAM) han denunciado desde el año 2012 a través de los medios de comunicación la presencia de actores armados no estatales que se auto-identifican como integrantes de las guerrillas de Colombia. La primera denuncia con cobertura mediática fue la relacionada con la presunta masacre de la comunidad de Irotatheri, acaecida en el territorio yanomami, publicado el 29 de Agosto de 2012 en la página web de Aporrea. Luego fue desestimada por el gobierno venezolano, en reportaje de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) el 10 de Septiembre de 2012, en dicho escrito se señala que: Fueron encontrados viviendas con más de seis meses de construcción, vastos cultivos de plátano, sembradíos de yuca, caminos trazados hacía el río y la amabilidad pintada en el rostro de 19 mujeres y 23 hombres, quienes tranquilos respondían: “Estamos finos. Todos estamos comiendo bien, nadie pasó por acá, no pasó nada. Nadie molesta a nadie aquí.”, sin embargo y en contraste con este escrito, La COIAM, junto a ORPIA y todas sus organizaciones afiliadas, elaboraron múltiples comunicados desde el año 2012 y consumaron varias reuniones de alto nivel, del año 2013 al 2015, para denunciar y contribuir junto con el gobierno nacional a erradicar el problema. Trayendo como resultado que salvo algunas acciones puntuales contra la minería ilegal, la mayoría no perduraron en el tiempo.

Desde las organizaciones de mujeres indígenas amazónicas se ha denunciado la manera cómo afecta a las mujeres, niñas y adolescentes. A propósito de la Segunda Asamblea de Mujeres Indígenas de Autana, disponible para lectura en el blog de la ONG Wanaaleru, pudieron identificar que la presencia de actores armados no estatales en los territorios indígenas ha incidido en el aumento de la vulnerabilidad de las indígenas antes situaciones de violencia física, sexual y psicológica. “Estos grupos armados, auto-identificados como integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (FARC) y Ejército de Liberación Nacional (ELN), generan malestar entre las mujeres por ser una presencia que no consulta su tránsito por los territorios indígenas y penetra en las comunidades para tratar de realizar pactos y alianzas con las autoridades tradicionales”.


Foto referencial de Pobladores de Las Claritas, estado Bolívar. Venezuela. Foto: Karla Avila M.
Foto referencial de comercio en la vía principal de Las Claritas, estado Bolívar. Venezuela. Foto: Karla Avila M.

Diversos medios internacionales publican sus perspectivas en relación a la minería ilegal en Venezuela y todos llegan a la misma conclusión: Esta actividad genera problemas sociales y medioambientales, lo que empeora la situación en el sur del país. Así lo señala reportaje de José Gayarre para Deutsche Welle "Venezuela: Minería ilegal bajo el control del sindicato".

Igualmente varios audiovisuales que han puesto en riesgo la vida de periodistas que dan el todo por informar. Uno de ellos, La mafia del oro en el estado Bolívar, del programa "Clandestino" para Discovery Latinoamérica, conducido por David Beriain, donde queda en evidencia la pugna entre bandas, sindicatos, mineros, entre otros actores involucrados.


 
Por otro lado, al sur del estado Bolívar, según argumentos de una testigo, la cual no desea ser identificada, quien trabajó por un tiempo en zona minera de esa región, manifestó que se escuchan casos de prostitución forzada bajo distintos tipos de coacciones psicológicas o abuso de poder de ciertos grupos armados que obligan a algunas mujeres a cometer actos de naturaleza sexual, del mismo modo la esclavitud sexual con fines de explotación mediante privación ilegítima de su libertad. “De eso no se habla mucho pero sí está pasando, hay mujeres que llegan a las minas a cocinar para quienes trabajan allá, pero también se les llama cocineras a las mujeres que se prostituyen. Por ahí traen engañada a más de una que por desesperación, buscan una entrada de dinero, llegan creyendo que van a cocinar y terminan en la prostitución, hasta le pagan con oro a algunas. Estas son otras mafias” indica la declarante. 

Oro cochano (en bruto). Foto: Cortesía


Increíblemente, algunas de las mujeres que viven en zonas mineras alegan que aquello es un paraíso, que se vive tranquilamente y mejor que en otros lugares, a la mayoría de ellas, les pagan sus servicios con gramas de oro, cada grama equivale 64,79891 miligramos o como dicen en su ámbito laboral: 1 grama es igual a 10 puntos de oro. Es muy ilustrativo mencionar que a la fecha de hoy, julio de 2018, cada grama vale unos 95.000.000 BsF. por transferencia bancaria, en efectivo tiene un costo de 30.000.000 BsF. aproximadamente, estos precios son de áreas cercanas a las minas, mientras que en Ciudad Guayana es más costosa.
Si llevamos estas cifras a la nueva reconversión monetaria venezolana, serían unos 950 Bs Soberanos por transferencia electrónica y en el caso de efectivo unos 300 Bs soberanos, sin embargo, dada la hiperinflación, el aumento para el 30 de octubre de 2018 es de 4.500 Bs soberanos por grama de oro.

viernes, 23 de marzo de 2018

La violencia contra la mujer en Ciudad Guayana es una realidad


Desde el año 2015 comencé a recibir capacitación en Derechos Humanos, gracias a la invitación que me hicieron Félix Fernández y Danny Rousseau, activistas ciudadanos de la Organización No Gubernamental "Orgullo Guayana", quienes con dedicación y ahínco luchan en contra de la discriminación por sexo, orientación sexual, expresión de género o condición de salud en el estadoBolívar.

A través de ellos comprendí que para ser solidaria con la comunidad LGBTI no es necesario ser lesbiana, entendí también que no hay que tener miedo ante los tabúes de la sociedad. Así que realicé introspectiva y me di cuenta que hay mucho que aprender, que lo seres humanos debemos tejer redes de ayuda, apoyarnos y visibilizar las injusticias que siempre están íntimamente relacionadas con los Deberes y Derechos, esos que repetimos al caletre en la escuela pero que no muchos entienden a fondo.

Desde ese momento comenzó mi contacto con el Centro de Justicia y Paz (CEPAZ) con la Red de Activistas Ciudadanos (REDAC), con la Red Naranja Venezuela, empecé a conocer a valiosos profesionales de los cuales he aprendido muchísimo, entre ellos Oswaldo Cali de la ONG Espacio Público, a quien despido hoy mientras escribo esto, mi apreciado amigo acaba de perder la batalla contra el cáncer.

De pronto y sin aviso, ya estaba recibiendo testimonios reales de personas conocidas, de gente cercana y allí comprendí que el asunto es más serio de lo que parece.

¿Por qué es tan serio? Porque cuando te toca vivir en carne propia lo que es el acoso sexual y laboral al mismo tiempo por una personalidad a quien la sociedad ama porque habla bonito en público o sale en una entrevista de CNNE y luego los demás te dicen: "Bájale dos", "No es tan grave", "No vas a cambiar el mundo", "Hazte la loca", "No le digas nada a nadie porque te vas a rayar", "Tal vez es culpa tuya", "Es que eres muy extrovertida", aun cuando eres fuerte, aun cuando muchas veces pensaste que eso no te iba a pasar a ti, pues la vida te sorprende.

Allí te das cuenta lo vulnerable que puedes ser como mujer, es cuando abres los ojos y ves quienes son tus amigos de verdad, te das cuenta de la verdadera opinión de algunos familiares, comprendes cómo funciona el sistema de justicia venezolano y lo mal que te atienden al contarles tus intimidades, porque es algo muy íntimo que un baboso se te venga encima para besarte a la fuerza, entonces descubres el chip machista que tiene incrustado casi todo ciudadano venezolano, incluyendo algunas mujeres lamentablemente.

¿Saben qué causa frustración? Ver a funcionarios públicos recibir capacitación en protocolo de atención a víctimas de violencia y que luego solo les quede para un archivo personal el certificado de asistencia. 

Por todo lo antes dicho, dirigí mi atención hacia la violencia de género, me dediqué a desmenuzar el tema, aunque todavía me falta desmenuzarlo más, tomé detalle de la ley venezolana, porque aunque algunos no lo sepan, existe la Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, la cual contempla 21 tipos de violencia contra la mujer, donde por cierto, en su sumario dice que desean "crear las condiciones para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en cualquiera de sus manifestaciones y ámbitos, impulsando cambios en los patrones socioculturales que sostienen la desigualdad de género y las relaciones de poder sobre las mujeres, para favorecer la construcción de una sociedad justa democrática, participativa, paritaria y protagónica". 

¡Wow! Suena tan hermoso, pero qué lejano está de la realidad, en fin, no es la ley en lo que me quiero enfilar en esta oportunidad.


Entonces, la violencia contra la mujer sucede...

Y ocurre en Ciudad Guayana aunque se hagan los ciegos, sordos y mudos.

Así se percibe la violencia de género


El caso que les relataré a continuación sucedió aquí entre nosotros, mientras discutimos sobre la inmortalidad del cangrejo, no es una historia de Discovery ID ni de algún país en guerra, es en el estado Bolívar, Venezuela.

Casos de violencia contra la mujer en el estado Bolívar, Venezuela. Durante el período 2013 - 2016.


CASO: Margarita

El caso no se hizo público en los medios, más allá de la denuncia de sus familiares por la desaparición de la víctima. Por este motivo nos reservaremos el nombre de ella. 

La víctima a la que llamaremos Margarita, para proteger su identidad, es una mujer mayor de edad pero muy joven, soltera, sin hijos en aquel momento, ella es manicurista.

Un día, en una reunión en la zona donde vive, conoció un hombre mucho mayor que ella, lo llamaremos ficticiamente Freddy. Fue un encuentro normal, era muy educado, culto, no dio indicios de ser violento u obsesivo, era un caballero. Continuaron viéndose ocasionalmente en reuniones, salieron en varias oportunidades. Un día, los padres de Margarita necesitaban medicamentos porque estaban muy enfermos, entonces Freddy se los regaló, estas ayudas continuaron, lo que hizo ganar la confianza de tal manera que ella se mudó con él, a la casa de Freddy.

Este individuo siempre la apoyaba en su labor, le compraba materiales para que ella trabajara como manicurista sin ningún inconveniente, es decir, ¿Por qué tendría que existir contrariedad con eso?. Así duraron muchos meses. De pronto, un día comenzaron los celos. Él preguntaba con exagerada frecuencia a dónde iba, con quién salía, qué hacía, la monitoreaba de manera que no era normal, llamándola a cada rato por teléfono. Freddy viajaba perenemente por motivos laborales. La dejaba a ella con su hijo mayor (de Freddy) para que la vigilara, Margarita ya no podía salir de la casa sin permiso y luego, cuando el hijo de Freddy tenía que salir, la dejaba encerrada colocando un candado en la puerta principal de la casa para que no saliera.

Cada vez que la madre de Margarita llamaba a casa de Freddy para saber de su hija, le tenía alguna excusa: “Ella está dormida; ella salió; se está bañando”.

Un día, como pudo, ya cansada de la situación y asustada por aquel aislamiento, se escapó saltando por un muro, la vecina la ayudó a fugarse de aquella pesadilla. Se trasladó a la casa de su madre y pudo contar a su familia lo que le había ocurrido. Pasó un buen tiempo con la tranquilidad de saberse libre, sin embargo, vecinas ponzoñosas, de esas que tienen el chip machista incrustado en el alma, le decían con desprecio: “Eso te pasa por ser manicurista”, a pesar de las críticas destructivas y burlas, decidió volver a trabajar.

Un día se dispuso a tomar un taxi, pero como le cobraba muy caro, lo dejó ir con la esperanza de encontrar otro más económico. El automóvil se devolvió y el taxista le dijo que le cobraría menos. Ella confiada se subió en el puesto trasero. Sin sospecharlo, se montaron otros hombres, la sorprendieron colocándole un trapo en la cara, la durmieron y de allí no recuerda nada hasta que despertó en un cuarto oscuro sin ventanas, se sentían las paredes rusticas como si fueran de bloques sin friso. Cuando gritaba desesperada alguien entraba y le inyectaba algo en los brazos y piernas, con eso la dormían. Por momentos sentía que la sacaban de ese cuarto y la llevaban aparte a otros cuartos más pequeños donde varios hombres la violaban no solamente con sus genitales sino también con palos de escoba, bombillos y otros objetos. Hirieron sus piernas, pechos y otras partes del cuerpo.

Con frecuencia escuchaba los gritos de otras féminas. En una oportunidad metieron en su cuarto a otra muchacha, esta nueva chica decía que era de Mérida y que no sabía dónde estaba metida, desconocía por qué estaba allí. Margarita no preguntó mucho, casi siempre estaba desorientada por las drogas que le suministraban.

Hubo una ocasión en que varias de las mujeres que estaban allí junto a Margarita intentaron marcharse, se escucharon gritos y tiros. A una de ellas no la vieron más, por lo que Margarita presume que la mataron. Mientras huían, ella se dio cuenta que había un largo pasillo con distintas habitaciones de construcción rústica, cada una con un candado. Ya fuera de allí se dio cuenta que estaba en una zona boscosa.

Durante ese escape, los malhechores a cargo, volvieron a capturar a Margarita. Le pegaron, la amenazaron y le dijeron que debía llamar a su familia para que retirara la denuncia sobre su desaparición. Tomaron un celular y la obligaron a llamar pero ella estaba tan aturdida que no podía recordar el número de su madre, se obligaba a sí misma a recordarlo pero no podía, su mente estaba congelada. El hombre le ponía el arma en la cabeza y le decía: “más te vale que recuerdes el número porque si no lo haces, te mato”. Así lo hizo, tanto se esforzó que pudo recordar el número y darle el recado a su familia, pero luego hubo otra llamada de vuelta donde le daban la orden al delincuente de soltarla. Y así fue, la subieron a un carro, la drogaron y la dejaron en un sitio donde su familia pudo ubicar y tenerla en resguardo.

Continuaron las investigaciones, las cuales determinaron que Freddy, su antigua pareja, estaba involucrado en este secuestro y otros más, no solo eso, también se supo que había estado casado y su esposa estaba desaparecida, tiempo después encontraron el cadáver de esa mujer. Gracias a la presión de la familia de Margarita fue capturado, hoy se encuentra preso. 

Margarita, luego de un año de terapia psiquiátrica y luchar contra las ganas de suicidarse, ha podido volver a vivir con normalidad junto a su nueva familia pero jamás olvidará los dos meses que pasó secuestrada, violada y torturada, de eso no se curará nunca.

Ahora que leyeron esta historia de la vida real, ¿Qué tal si la comparten en familia?. Tal vez podamos salvar vidas y logremos entender que no es normal el machismo, que no tiene que dar risa que una mujer se dedique a ser manicurista.

Posiblemente consigamos razonar que la violencia contra la mujer está más cerca de nosotros de lo que creemos, muy posiblemente está a la vuelta de la esquina dentro de algún taxi o en una inocente reunión familiar llena de damas y caballeros o detrás de la sonrisa manipuladora de un autodenominado terapeuta familiar que entrevistan en CNNE y que por salir desde un canal informativo internacional se gana la ingenua confianza de los espectadores, quienes llenos de sed de conseguir un lider mesiánico, creen sin análisis alguno en perfectos manipuladores.

Bien vale la pena recordar que no siempre los acosadores tienen el estereotipo que venden las películas o las novelas, casi siempre se espera que los depredadores sexuales sean feos, con cara cortada, tatuajes, cabello grasoso, con defectos físicos, pero lo cierto es que ninguno de estos fenotipos representan por sí solos a personas malas o negativas, no tiene nada que ver. En la vida real, los acosadores pueden ser de aspecto pulcro, con alto poder adquisitivo y vocabulario educado.

Debido a esto, porque las intenciones de una persona no se ven a simple vista, es que debemos abrir bien los ojos, analizar un poco más las situaciones que se nos presentan y sobre todo, aprender a hacerle caso a las señales que se van apareciendo en las relaciones interpersonales. En esta oportunidad la víctima pudo escapar de toda esa pesadilla, pudo avanzar mediante un gran esfuerzo y ayuda psiquiátrica, pero ¿Cuántas no pudieron?, ¿Cúantas mujeres han muerto?... Son voces que ya no existen, como dice la canción: "Si no lo recuerdo, no pasó". Si no lo comentamos, no existirá.

#OrangeTheWorld


#MeToo #YoTambién #TimesUp #NiUnaMenos