jueves, 16 de marzo de 2017

¿Para qué sirve la educación? Según Fernando Savater


Las ideas que expone Fernando Savater en su charla sobre la enseñanza y el aprendizaje tocan muchas aristas importantes en relación a la capacidad de aprovechar la educación para mejorar la sociedad.



Siento el compromiso de decir que son incontables las opiniones que debo emitir al escuchar las sabias palabras del filósofo, comenzando por lo que a primera vista, me llama más la atención, me refiero a eso de “provocar coloquios”, entendiendo por coloquio aquella conversación sana entre varias personas y que se da en vivo y directo, de tú a tú, donde se pueden ver expresiones faciales además de las simples palabras que van y vienen por las redes sociales, que nos aíslan de la vida real.

Parece mentira pero se extrañan esas relaciones interpersonales presenciales acompañadas de un buen café, las cuales han sido sustituidas por redes sociales y pantallas electrónicas, donde con frecuencia, dicho sea de paso, se observan batallas campales de guerreros del teclado que escudándose detrás del anonimato generan caos emocionales en un país que ya por su sola crisis económica, social y política, tiene a sus ciudadanos con el alma en un hilo.

Considero que siempre que se pueda hay que poner a la educación sobre la mesa, este debe ser un tema constante en nuestras vidas sin llegar a obsesiones, pero sí con la convicción de que es el único camino pacífico que construye sociedades mejores, no titubeo en creer que de allí nacerán otras virtudes que sin duda alguna pueden y deben ser aprendidas por todos los ciudadanos por igual en la medida de lo posible y relacionándolos con sus contextos inmediatos, realidades, cambiando a medida que cambia el país, evolucionando.

Comenta Savater: “Las sociedades mejor preparadas educativamente, que tienen una mejor formación profesional y no solamente formación académica en otros campos, a pesar de sufrir la crisis como todas las demás, tienen más posibilidades de salir de ella, que sus ciudadanos padezcan o sufran menos y tienen un futuro más prometedor a un medio plazo.”

Venezuela siempre fue un país excelentemente capacitado con grandes profesionales, intelectuales y líderes, basta dar una mirada al pasado de múltiples publicaciones de otrora para ver reflejado en ellas el concepto de avance y progreso nacional donde había una mejor educación que ahora. Por ejemplo, para el año de 1952, la revista “Mecánica Popular” publicaba en sus páginas “la construcción de la autopista más costosa del mundo”, que sin caer adulaciones a dictadores, ni querer repetir aquella frase inconscientemente aprendida de: “esa sí fue una buena dictadura”, caramba, no existe ninguna dictadura buena para ningún país de este mundo, pues también es cierto que nuestro país crecía aceleradamente, no únicamente por su sistema educativo sino también por una favorable economía, un contexto muy distinto al actual. Otra revista importante, que circulaba a nivel regional, en Guayana, era El Minero, publicación editada por la empresa Ferrominera Orinoco, donde se destacaban las fortalezas laborales de la empresa, la cultura regional desde el reconocimiento a sus empleados, costumbres, sentido de arraigo y quedando como referencia histórica del estado para futuras generaciones.



No puedo dejar por fuera a grandes personajes como lo fueron el comunicador Renny Ottolina y el polímata Arturo Uslar Pietri, quienes con sus programas de televisión "Conocer a Venezuela para quererla más" y “Valores Humanos” respectivamente, despertaron el interés de grandes y chicos por lo nuestro, sin despreciar lo ajeno ya que somos un país mixto con influencias de inmigrantes que enriquecieron nuestra cultura, no cabe aquí el desprecio por lo extranjero, ambos personajes que menciono inculcaron gran sentido de amor por el empuje de Venezuela hacia la excelencia. ¿Qué quiero decir con esto? Que la educación no se trata solamente de ir al colegio o a la universidad a aprobar materias, va mucho más allá.



Volviendo al discurso de Savater, rescato otra idea que da en el clavo: “Es evidente que la buena educación es una empresa cara, pero la mala educación sale mucho más cara todavía a los países. De ahí la importancia de que la sociedad se mentalice, se conciencie sobre la necesidad de la educación y exija a los políticos una atención prioritaria a la educación.”

Es que tener un país con deficiencia en su educación, llámese escuelas con infraestructuras deplorables, currículo académico desactualizado a conveniencia del presidente nacional de turno o deserción escolar, niños que se desmayan del hambre en las escuelas, por supuesto que sale más caro a la nación debido al vacío que deja en las bases de la sociedad. Esta situación genera ciudadanos desactualizados, ignorantes, sin metas, sin interés de evolucionar, desocupados que caen en el mal camino de las drogas, la delincuencia y la corrupción, entonces es un círculo vicioso que si no se frena a tiempo genera un efecto bola de nieve negativo, que con el pasar del tiempo, es el mismo Estado, aquel que no se ocupó de ciertas responsabilidades, pues, le tocará sufrir las consecuencias de un caos que genera gastos a la nación.

Como dice Fernando: “La educación es una transmisión de humanidad”, para mí es transferir la capacidad de sentir afecto o solidaridad por los demás, capacidad de ser ciudadanos, producir, aportar soluciones y emplear las garantías democráticas a favor de la mayoría a través de la buena educación.


“La educación es una preparación para una convivencia plena”, esta frase me lleva a pensar que debemos comprender que tenemos objetivos comunes como sociedad y que los contenidos que generemos como individuos deben ser más humanistas, contenidos responsables, no sólo con enfoque individual sino social también.

KAM



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