FOTO: Ministerio de Educación de Argentina |
El más reciente informe de la ONG
venezolana CECODAP llamado “Somos Noticia 2016”, revela que más de 1000
infantes murieron violentamente en Venezuela durante ese año, también refleja
que la violencia entre los jóvenes se incrementó en un 52%, estas son cifras
realmente alarmantes.
Ellos analizaron 18.802 noticias que muestran tal porcentaje. Sin embargo en el caso del
suicidio, dichas reseñas no profundizan en las causas que
los llevaron a acabar con sus vidas. Comentan: “estos casos deben servir para
impulsar una reflexión en la colectividad en torno al ¿Por qué estas
situaciones están pasando nuestros niños, niñas y adolescentes en sus hogares,
escuelas y comunidades para tomar la decisión de quitarse la vida?”.
Considero que lo primero es reconocer que estamos
viviendo en un país tóxico desde todo punto de vista, luego del rápido diagnóstico,
es urgente tomar las riendas del futuro próximo de Venezuela, empezando por transformar
nuestra mentalidad convirtiendo la rabia o frustración que nos produce tanta negatividad en
fuerza de cambio positivo y luego tomar las riendas de nuestros argumentos,
dedicarnos a educar efectivamente a nuestros niños desde una perspectiva de
cultura de paz con enfoque hacia los derechos humanos. Sí se puede, siempre se va a poder, esto es una lucha constante desde que el mundo es mundo, no es un tema exclusivo de Venezuela por estar en crisis, ha pasado y seguirán pasando los abusos de los derechos humanos, así que para ello debemos prepararnos los adultos para poder darle las herramientas necesarias a los niños de hoy para que en el futuro puedan ejercer su ciudadanía.
Recordar que ciudadanos
informados son menos vulnerables a violaciones de sus derechos.
Me pasma la idea de pensar que nuestros
niños venezolanos prefieran quitarse la vida que seguir adelante a pesar de los
problemas que puedan tener.
Fuente: Diario 2001, Miércoles, 15 de marzo de 2017, pp. 6 |
Hace varias décadas atrás, en las clases
de sociales, mi maestra María Carreño, me enseñó la importancia de los deberes
y derechos, sin embargo, fue mi madre la que me enseñó a defenderlos y cumplir
con mis deberes. Fue en ese momento donde me di cuenta que la sociedad no es
perfecta y que hay que luchar por lo que se quiere.
Referencias buenas y malas las hay,
entonces tomemos una buena referencia, la idea de Fernando Savater que dice: “Todo el
mundo recibe educación, lo importante es saber de quién la recibe."
Considero que por la misma dinámica
tóxica que vive el país, no se están atendiendo las necesidades emocionales de
las niñas, niños, madres, padres y representantes, bien interesante sería poner
en práctica la inteligencia emocional de la que habla la profesora Anita Yudkin Suliveres, con colaboración
entre las escuelas y las familias. Con frecuencia se confunden las prácticas de
tolerancia, respeto y crecimiento con dejar pasar las cosas para no
complicarnos la vida. Vuelvo a decirlo, se confunde la paz con sumisión, lo que
hace que algunos entren en una pasividad abismal, en la llamada cultura de
descarte.
Me gusta una de las características que
menciona la profesora Anita: “Desaprender la
guerra”, reevaluando quienes son los héroes de los más pequeños y qué
valores fomentan ante el público.
Dejo esta frase a manera de reflexión: “Condenando el presente de los niños
venezolanos, comprometemos el futuro de Venezuela”
KAM
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