Como
dijo William Shakespeare en su obra Hamlet: “Ser
o no ser, ésa es la cuestión”.
Redactar
una ley para luego aplicarla cuando conviene y a discreción según intereses
personales, es lo que sucede en algunos países; lo vemos con frecuencia en
distintos sucesos a nivel mundial.
En
Venezuela existe la “Ley
Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia”
desde el año 2007, precepto que muchas féminas tomaron con entusiasmo ya que
supone la garantía y promoción del Derecho a la Mujer Libre de Violencia donde
se erradicaría la agresiones contra las hembras en cualquiera de sus
manifestaciones, impulsando cambios en los modelos socioculturales que sustentan
la desigualdad de género y las relaciones de poder sobre ellas, para favorecer
la construcción de una sociedad justa, democrática y participativa.
En su Artículo 2, numeral 2, el cual hace referencia a los Principios Rectores habla de: “Fortalecer políticas públicas de prevención
de la violencia contra las mujeres y de erradicación de la discriminación de
género”. En el Artículo 3,
numeral 2, también expresa lo
siguiente: “La protección a la dignidad e
integridad física, psicológica, sexual, patrimonial y jurídica de las mujeres
víctimas de violencia, en los ámbitos público y privado.”; como también
indica el numeral 4 del mismo: “La protección de las mujeres
particularmente vulnerables a la violencia basada en género.”
Cuando
percibo desequilibrio entre hombres y mujeres, recuerdo un relato de la
sabiduría popular que comparte mi colega Eleonora Zuleta en uno
de sus maravillosos talleres donde comenta sobre la capacidad de atención del
hombre y la mujer, en el cual señala que el proceso evolutivo del individuo
viene dado desde la época de la
prehistoria, cuando en el caso de los hombres, ellos se tenían que enfocar en
una sola cosa, callados y orientados a cazar sus presas. Esa práctica hizo que
el cerebro del hombre se mantuviera fijo en una sola actividad. En el caso de
la mujer, se dice que tiene la habilidad de ser “multitasking”
(hacer diversas cosas al mismo tiempo) ya que durante la prehistoria tenía
múltiples funciones a cubrir, por ejemplo, ellas debían permanecer dentro de la
cueva, mantener el fuego encendido, cuidar a sus crías, tanto propias como
ajenas, además de eso estar pendiente de los cultivos, a su vez estar atentas a
que ningún depredador entrara en la caverna que habitaban; entonces ellas eran
agrícolas y ellos cazadores.
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FOTO: http://mihistoriauniversal.com/prehistoria/primeras-formas-organizacion-humana/ |
Hoy en
día, no es diferente, la mujer desempeña un sinfín de actividades, Venezuela no
es la excepción, a lo largo del territorio nacional vemos como la dama “multitasking”
evolucionó a la hembra “cuatro por cuatro”, concepto que divide la opinión de
algunos quienes consideran que la mujer pierde su femineidad si
toma roles del hombre; mientras otros admiran a aquellas que siguen adelante
contra viento y marea, sea cual sea el compromiso que se le presente. Lo irrefutable
es que a lo largo de la historia, hemos visto miles de ellas dando la cara públicamente
ante injusticias, mientras otros callan; ejemplos, hay muchos en nuestro país,
son 17 años luchando contra la corriente de un sistema desequilibrado donde se
hace creer que se le da poder a quien ya lo tenía pero no lo había descubierto,
una especie de minusvalía mental.
Los
hechos de la vida real ponen en duda la suprema felicidad de las que hablan
algunos cuando observamos casos como el de Elinor Montes quien luego de las
agresiones sufridas por parte de una guardia nacional en el año 2004, tomó el
camino de la defensa de los Derechos Humanos de las mujeres por lo cual dirige
el Instituto
Metropolitano de la Mujer en Venezuela, labor educativa
indispensable para llegar a una conciencia colectiva que conozca sus derechos y
deberes; en el año 2013, la diputada María Corina Machado, fue golpeada por otra
parlamentaria en plena Asamblea Nacional, otrora sitio
respetado donde más allá de discrepancias típicas de la política, no se veían
dichas trifulcas y mucho menos personas heridas. Impacta un poco que no sólo ha
sido esta vez, sino otras donde también ha tenido que enfrentar acciones
similares; Marvinia
Jiménez quien de igual forma fue brutalmente agredida por
agentes de seguridad nacional, en febrero de 2014; y más recientemente, en
agosto de 2016, de igual forma los ataques a Lilian
Tintori, mientras acudía el Consejo Nacional Electoral para exigir
el cronograma del referendo revocatorio; es de admirar como esta maestra cambió
su pequeño salón de clases por el aula más grande, Venezuela entera, para
educar en valores, amor, paz y perseverancia.
Todas
ellas y muchas otras que no son populares, han sido víctimas de abusos físicos,
psicológicos, sexuales y laborales en nuestro país. Puedo decir con toda
responsabilidad que yo misma lo he vivido, pero ese tema lo tocaré en otro
escrito. Las estadísticas al respecto son altas y al parecer, esa violencia va
en aumento.
¿Qué hacer al respecto?
No quisiera
abordar solamente el tema de la violencia como quebrantamiento de una Ley que
está de adorno durante algunas circunstancias. Voy a ir más allá de lo
reglamentario.
Gracias
a las dificultades de la vida, han existido y estoy segura que seguirán
existiendo, grandiosas
mujeres, muy fuertes, que han sabido sobreponerse sobre las bases
de sus valores y convicciones. ¿Ejemplos?
Son miles, puedo mencionar a la Madre Teresa de Calcuta, la Santa
contemporánea que dedicó su vida a los pobres y que ganó con el sudor de
auténticas acciones el premio Nobel de la Paz en 1979. Por aquellos mismos
lares estaba Indira Gandhi, partícipe del movimiento independentista de India,
basta con leer su historia para saber lo mucho que luchó por su país y su
familia. En nuestra patria, por mencionar sólo algunas, tuvimos a Teresa
Carreño, insigne cantante, pianista y compositora quien rompió paradigmas
machistas de aquellas épocas remotas, tanto así que fue la primera personalidad
de sexo femenino en aparecer en una estampilla venezolana. Asimismo existió Luisa
Cáceres de Arismendi, heroína y mártir independentista, quien fue presa en un
calabozo donde dio a luz una niña que falleció al nacer bajo precarias
condiciones.
Ahora
bien, me gustaría comentar un poco sobre el protagonismo de la mujer en la
actualidad y la primera persona que me viene a la mente es la guatemalteca Gloria Álvarez, con su
discurso en el Parlamento Iberoamericano de la Juventud “Democracia
y participación política” en Zaragoza, España, llevado a cabo en el año 2014. Alocución
que se hizo viral y reproducida en YouTube más de 1.300.000 de veces. Ella es
una persona fuerte, decidida y si bien es cierto que genera afanosos
comentarios, tanto en contra como a favor, lo indiscutible es que se hace
escuchar por muchos a nivel mundial.
En
Venezuela surgen muchas iniciativas a favor de la mujer, tal es el caso de Feminismo Inc., Organización No Gubernamental
(ONG), sin fines de lucro, que trabaja por el empoderamiento femenino para que accedan
al poder económico, político y social en sus ámbitos de influencia. Me gusta
eso de “Mujeres de carrera que quieren
ayudar a otras a no quedarse atrás”, sobre todo cuando vivo en una de las
ciudades más machistas y deshumanizadas del país.
En el
estado Bolívar, específicamente en Ciudad Guayana, hay un espacio importante para las
mujeres que se sienten vulnerables, este es liderado en la región
por la abogada Jackeline Fernández para la Red de Amnistía Internacional Venezuela, el
cual se enfoca en la equidad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas,
porque más que defenderse luego de ocurrido algún ataque, todos los ciudadanos
debemos prevenir sucesos desagradables que atropellen a la humanidad, asunto
que se puede mermar al educar a la sociedad.
En el
Amazonas venezolano, por ejemplo, existe Wanaaleru, organización
integrada por mujeres indígenas, con una larga trayectoria en la lucha por los
Derechos Humanos de las etnias. Ellas sienten que su compromiso es con la
construcción un mundo inclusivo donde se respete el principio de la igualdad de
género intercultural, impulsar a que otras encuentren la fuerza para cambiar
situaciones injustas por razones de género, etnicidad y clase.
Asimismo, existe el Observatorio
Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres, quienes promueven e
informan sobre la situación de los derechos humanos y vigilan el cumplimiento
de los compromisos locales, nacionales, regionales e internacionales asumidos
por el Estado venezolano para la protección de tales derechos.
Gran fortaleza siento cuando leo a Mujeres Venezolanas en Acción quienes amplifican las voces de las sobrevivientes de violencia de género y apoya la defensa de los derechos de la mujer. Recomiendo entrar a su página, seguirlas en las redes sociales y de paso apoyar la campaña #MeCuadroConEllas
Gran fortaleza siento cuando leo a Mujeres Venezolanas en Acción quienes amplifican las voces de las sobrevivientes de violencia de género y apoya la defensa de los derechos de la mujer. Recomiendo entrar a su página, seguirlas en las redes sociales y de paso apoyar la campaña #MeCuadroConEllas
Significativa
labor cumple también Voces
Vitales Venezuela, organización comprometida con el progreso de las féminas
en nuestro país potenciando el liderazgo a través de programas de formación con
enfoque de género destinado a fortalecer las capacidades de las damas de esta nación.
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“Rosie the riveter”, ícono cultural de la mujer fuerte e independiente |
Es
indispensable que nosotras tengamos amor propio, alta autoestima, esto
garantiza en gran medida que seamos buenas ciudadanas, amigas, hijas, hermanas,
tías, esposas, madres y abuelas; no debemos olvidar que la mujer venezolana, en
la mayoría de los casos, es quien lleva las riendas del hogar, de la crianza de
nuevas generaciones, situación que no debe restarle responsabilidades al hombre
venezolano, ya sea como padre, pareja, líder político, religioso o social. Cada
persona, sea varón o hembra, aún más, al formar parte de la estructura familiar,
tienen sus roles y deben cumplirlos. No es una responsabilidad exclusiva de
ellas. Algo de este pensamiento queda representado en la película “La sonrisa de Mona Lisa”
con Julia Roberts, la cual se desarrolla en 1953, una época en la que las
mujeres no tenían la oportunidad de decidir por sí mismas sobre su futuro.
Una buena
educación, no me refiero a lo académico solamente, es la que puede llevarnos a
dejar un lado la cultura del descarte, esa donde si no me afecta directamente,
ignoro y se evaden realidades o responsabilidades. Hace falta la voluntad
individual para darle forma a la conciencia ciudadana venezolana; coincido con
el psicólogo Jonathan
Olivera, pienso que sería positivo dejar de formar niñas y niños resignados, dependientes
ante líderes sociales opresores. Debemos dejar de criar niñas para que les
sirvan de mucamas al príncipe azul; ojo, no quiero decir bajo ningún sentido
que casarse es malo y que hay que rebelarse contra los hombres, para nada. Se
supone que una pareja que se une en matrimonio es para construir una comunión,
dentro de un hogar, es cuestión de dos, no de uno solo.
Todos
y cada uno de los seres humanos somos responsables y copartícipes de lo que
sucede en el mundo. No podemos seguir viendo los toros desde la barrera, ni
creyendo que lo que pasa a nuestro alrededor no nos afecta. Siempre recuerdo
las palabras de la colega Valentina
Quintero: “Es que todo importa, todo
nos tiene que importar”. No creo que exista alguien que se haya arrepentido
de haber hecho lo correcto. Alcanzar nuestras metas con paso firme y confianza
es la clave para una memoria
colectiva saludable, no obstante, aunque la perfección no existe, siempre
se puede vivir mejor de lo que estamos. Como dice el doctor neurocientífico, Facundo Manes: “La educación favorece el
conocimiento del otro y eso promueve la tolerancia a otras culturas, religiones
y grupos étnicos”.
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FOTO: @pictoline |
Así
que, mujer venezolana, te hablo a ti… No esperes que venga algún líder
mesiánico a decirte que sí vales para manipular tus emociones, no esperes a ese
alguien imaginario que te empuje a ser mejor persona. Date el valor que
mereces, camina adelante siempre de la mano de un buen proceder y cuando
caigas, cosa que es normal, vuelve a levantarte, no te consideres sola, busca
ayuda cuando sientas que lo necesites.
En nuestro
país, gracias a Dios, hay muchas otras personas, organizaciones y líderes, que
pueden apoyarte a seguir progresando. Evalúate a ti misma, si sientes que vas
por mal camino, reflexiona y busca mejores vías para cumplir tus metas. Lo
importante es que nunca te quedes paralizada, recuerda que la vida está llena
de altibajos, jamás será todo feliz, ni todo triste. Es normal que tengamos
situaciones fáciles y difíciles, de eso trata la vida. Toma las riendas de tu
destino y sigue adelante, porque la motivación es una decisión propia de cada
quien, sólo tú sabes lo que es mejor para ti y los tuyos.
A los
caballeros les digo, amplíen su conciencia, no olviden nunca que fueron
concebidos en la unión de un hombre y una mujer, pero fue ella la que durante
nueve meses te llevó en su vientre, quien decidió el compromiso de traer una
nueva vida a este mundo. El respeto hacia ellas es un valor primordial que forja
el reconocimiento hacia este género. Por lo tanto, en honor a esta reflexión, corresponde respetar a todas por igual, desde todos sus roles, el de padre,
hermano, primo, tío, novio, amigo, etc. Asumamos la responsabilidad de nuestros actos,
lo que decimos, hacemos y sentimos, para mejorar la calidad de vida de este mundo
que habitamos.
KAM
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