lunes, 18 de junio de 2012

OBJETIVIDAD PERIODÍSTICA: Guillotina que cercena la moral


Dar tubazos o morir en el intento...

Por: Lcda. Karla Avila M.

25/03/2008



            Mucho se ha hablado del mito de la objetividad periodística, ya que al parecer es un arma de doble filo que se usa para manchar la moral de unos, en algunos casos.

Según el periodista colombiano, Javier Darío Restrepo “La objetividad periodística es una pretensión tan desmedida como la de aprisionar el reflejo de las aguas de un río, que en un instante son y en el siguiente dejan de ser. Sin embargo, esa objetividad es la garantía que el lector busca para poder creer”.

Al hablar de objetividad, se discute acerca de una información fiel y precisa, conforme a los hechos, comprobada en todos los asuntos o acontecimientos esenciales y sin una distorsión adrede o intencional.

Sobre esta base se ha sentenciado a los medios de comunicación en la obligación profesional de esforzarse en separar hechos de opiniones, o por lo menos, que dichos relatos no sean intencionales.

En mi opinión, el periodista debe ser un testigo neutral que levanta reseña de lo ocurrido con la limpia higiene de un cirujano plástico antes de una operación. Debe existir una clara diferenciación entre información y opinión. La identificación explícita de quien emite una opinión personal y por último respeto al derecho a réplica por parte de personas e instituciones objeto de críticas desde el medio.

Debido al desorden indiscriminado de mensajes distorsionados expuestos en radio y televisión, surge la idea de la Ley de Responsabilidad Social y de todo lo antes expuesto nace la importancia de la existencia de normas explícitas en relación al respeto del honor, prestigio y vida privada de las personas.

    Mediante esta Ley, el Estado reparte obligaciones para que los medios de comunicaciones, tanto audiovisuales como radiales, produzcan mensajes de calidad. En tanto, por ejemplo, todos los usuarios de la radio y la televisión pueden acceder a espacios gratuitos, el Estado cede a estos usuarios 10 minutos semanales para difundir mensajes a todos los venezolanos.

     Es decir, a raíz de la aprobación de esta Ley se abre un espacio para la  democratización de los medios, ya que se han puesto en marcha las producciones nacionales independientes, los nuevos medios alternativos y la participación de muchos venezolanos como muestra de que puede existir libertad de expresión y que anteriormente estaban excluidos de dichas participaciones en producciones de radio y televisión.

            En la actualidad se fomenta el equilibrio democrático entre los deberes y derechos de los prestadores de servicios de radio y televisión, productores nacionales independientes, anunciantes, así como los usuarios en general a fines de promover la formación ciudadana y cultural que tanto hace falta en estos tiempos contemporáneos para garantizar que las familias venezolanas cuenten con los mecanismos jurídicos para desarrollar una responsabilidad social adecuada.

           Ahora bien, en cada venezolano queda el compromiso participativo de velar porque se promuevan y se respeten los derechos comunicaciones mediante la cooperación colectiva para un desarrollo integral en torno a los ciudadanos de este país.

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