Las Paulinas iluminan sin energía eléctrica
Por: Karla Ávila Morillo / Bolívar
La obra paulina en Venezuela data
desde el 15 de noviembre de 1.951 cuando el padre Beato Santiago Alberione
escogió a los paulinos para fundar su labor en el país al enviar una carta al
Arzobispo de Caracas, monseñor Lucas Guillermo Castillo, con la finalidad de
formalizar la misión espiritual de evangelizar en esta tierra.
Las hijas de San Pablo en Guayana
Ya para el año 1.956 las hermanas
paulinas llegaron a Caracas a la casa madre, allí estuvieron haciendo su
servicio en zonas populares y vulnerables de la capital, su misión siempre ha
sido evangelizar con los medios de comunicación, a través de la palabra, los
libros, del encuentro con las personas de misiones bíblicas en los pueblos, de
ir casa por casa, visitar las cárceles, residencias, centros comerciales,
barrios y todo aquel lugar donde pudieran expresar su fe.
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Hermanas en la Librería Paulinas del Centro Comercial Moripa FOTO: Karla Ávila Morillo |
Allí abrieron la primera librería
y fue en 1.992 por petición de personas que vivían en el oriente del país y las
necesidades que reflejaban de tener que viajar hasta Caracas, Barquisimeto o
Valencia para poder comprar los productos, fue así que llegaron dos hermanas
misioneras a Ciudad Guayana, una de ellas María Elisa González que todavía está
en la zona como fundadora, hoy con 82 años y a quien sus compañeras describen
como una mujer con coraje, valentía, ganas y sentido misionero de gran oración
y entrega de su servicio al prójimo, al igual que María Fernanda De Angeli
quien ya falleció.
Ambas arribaron a San Félix
acogidas por invitación de una misionera italiana que estuvo aquí, pero actualmente
no vive en Venezuela, allí vivieron un año donde se dedicaron a visitar todas
las parroquias, los barrios y conocieron a muchas familias llevando el
evangelio. Luego, el 19 de marzo de 1.993 consiguieron el local donde están hoy
en día en el Centro Comercial Moripa en Castillito, el cual estaba en venta y
no tenía un alto precio cuando apenas se inauguraba el edificio, así que con
ayuda de la sede principal de la congregación que está en Roma, compraron el
local donde está actualmente la icónica librería Paulinas desde hace 28 años.
La hermana Alicia Galíndez
manifiesta que ese local es la sede de sus operaciones porque si no fuera por
la escasez de combustible, ellas estarían viajando por todo el estado Bolívar
llevando fe a todos aquellos venezolanos que padecen necesidades espirituales,
sobre todo ahora con la crisis humanitaria compleja que va sembrando
desesperanza en las comunidades más alejadas y vulnerables.
Sin embargo, a pesar de las vicisitudes,
Galíndez dice: “Nosotras nunca hemos estado estáticas en la librería sino que nosotras
nos hemos acostumbrado a viajar, íbamos a Ciudad Piar, Ciudad Bolívar, El
Tigre, El Tigrito, a la Gran Sabana, Santa Elena de Uairén, El Dorado, Las
Claritas, Tumeremo, Upata y todas las poblaciones del sur, íbamos a las
iglesias, los colegios; llevábamos nuestro material porque nunca estábamos
fijas en un solo lugar, siempre estábamos en movimiento porque vamos hacia la
gente, pero el problema de la gasolina y la pandemia por la Codiv19 es lo que
nos ha retrasado”.
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Hermanas en la Librería Paulinas FOTO: Karla Ávila Morillo |
Lo cierto es que en la librería hacen
el servicio a todas esas zonas, incluso la gente hace pedidos y se les envía,
pero cuando pueden se los llevan personalmente. Ella hace referencia a las
sabias palabras del Beato Santiago Alberione, quien decía: “Las librerías son
centros de difusión de la palabra de Dios, de cultura, de encuentro e
intercambio”, donde la gente no solamente va a adquirir un producto, llámese un
libro, un rosario, un CD de música religiosa y hasta en una época de esplendor
tuvieron el alquiler de películas, videos y música; sino que también tienen
todavía un oratorio donde las personas van a encontrarse desde su fe con Dios,
igualmente comenta que los muebles de la librería tienen ruedas para poder
moverlos y transformar el lugar en un salón donde se reunían con la gente antes
de la pandemia, a veces hacían misas y encuentros con los visitantes.
Acota la hermana Alicia: “Esta
librería es un centro de socialización porque nuestros temas son muy variados, aquí
tenemos libros de filosofía, porque para nosotras la filosofía es muy importante,
libros de comunicación, teología, espiritualidad, liturgia, de celebrar la
misa, el altar, tenemos diferentes modelos de biblias, rosarios, libros de
catequesis para la formación de los niños, niñas y adolescentes para que se
preparen a recibir la primera comunión, igualmente la confirmación, también la
catequesis de adultos. Además libros de formación en valores humanos para
niños, familias, matrimonios, novios, parejas triunfadoras, educación sexual en
el sentido más puro de lo que significa la sexualidad humana en un sentido
verdadero, sociología, psicología humanística cristiana. Es decir, lo único que
no vendemos son textos escolares pero tenemos literatura valiosa”.
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Librería Paulinas sin energía eléctrica desde hace más de dos meses FOTO: Karla Ávila Morillo |
Iluminan desde la fe y la perseverancia a pesar de las dificultades
pero exigen atención ante la vulneración de sus derechos
Desde el pasado 6 de septiembre
de 2021, el local donde está la librería quedó sin energía eléctrica por la
explosión e incendio de dos de los tres transformadores del centro comercial
Moripa de Castillito, por este motivo las religiosas apelan a la caridad de
Corpoelec y todas aquellas autoridades regionales que les competa darle rápida
solución a este problema que las aqueja desde hace casi tres meses.
Pero no solamente piden bondad de
los corazones de quienes se hacen la vista gorda ante el problema sino que
exigen algunos de sus derechos, los cuales se conocen como “derechos económicos, sociales y culturales” (DESCA) que por
cierto incluyen los derechos a
la alimentación, a la vivienda adecuada, a la educación, a la salud, a la
seguridad social, a la
participación en la vida cultural,
al agua y saneamiento, entre todos estos la prestación de los servicios
básicos, en este caso, la energía eléctrica. No se puede olvidar que estos
derechos son universales, indivisibles e interdependientes y están
interrelacionados.
¿Cómo se alimentarán si no
trabajan?, por más fe que se tenga el pan no caerá del cielo, ellas cumplen a
cabalidad con media jornada de trabajo de lunes a viernes, no solamente para
llevar la palabra de Dios a quienes lo necesiten sino también para subsistir y
dentro de esa subsistencia está el poder comer adecuadamente para gozar de
bienestar físico y mental.
“Los derechos económicos,
sociales y culturales son los relacionados con el lugar de trabajo, la
seguridad social, la vida en familia, la participación en la vida cultural y el
acceso a la vivienda, la alimentación, el agua, la atención de la salud y la
educación”.
Folleto
Informativo número 33: Preguntas frecuentes sobre los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos [en línea] 28.11.2021 https://www.ohchr.org/Documents/Issues/ESCR/FAQ%20on%20ESCR-sp.pdf
Consulta del 22.11 al 28.11.21
Pudiera incluirse además, el
derecho a la salud y el bienestar como ser humano porque estaríamos hablando de
tres mujeres, que trabajan por y para el prójimo entre tres y cuatro horas
diarias en un espacio cerrado, sin aire acondicionado, sin iluminación y sin
acceso a los métodos de pago tradicionales por la misma falta del servicio.
Estamos hablando de un clima
tropical de sabana, con una temperatura promedio de 35 grados centígrados, la
humedad media es del 87% y el Índice UV es 6 en Ciudad Guayana, lo que
significa que un lugar de trabajo sin luz eléctrica no se puede considerar como
apto para condiciones laborales y ambientales saludables para ningún ser
humano.
En conclusión, las hijas de San
Pablo en Guayana no les están haciendo daño a nadie, al contrario, ellas como
todos los ciudadanos de esta región, no solamente desean trabajar, sino aportar
a la sociedad una buena educación, cultura y espiritualidad que bien hace falta
para seguir adelante en uno de los estados más violentos de Venezuela.
Los derechos culturales incluyen
el participar en la vida cultural y beneficiarse de esto, asimismo el derecho a
beneficiarse de la protección de los intereses morales y materiales que
correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o
artísticas. Es decir, en un país tan convulsionado como el nuestro, donde reina
la desesperanza, son casi obligatorios moral y psicológicamente hablando el
poder tener lugares donde poder ir a leer o comprar un libro sin desmayarse del
calor.
Esas libertades están definidas
en los ordenamientos jurídicos nacionales, regionales y mundiales, también en
las leyes, reglamentos, constituciones nacionales y tratados internacionales.
Su aceptación como derechos humanos genera obligaciones jurídicas para los
Estados, en este caso, el venezolano.
En octubre de 2016 fue aprobado
en primera discusión el proyecto de Ley Orgánica
del Sector Eléctrico, la cual reza en su Artículo 1 lo siguiente: “Esta
ley tiene por objeto establecer las disposiciones que aseguren a todos los
usuarios del servicio eléctrico una prestación de calidad tanto técnica como
comercial, confiable y al menor costo posible; que creen los mecanismos para
permitir el acceso a ese servicio a la población de bajos ingresos; y que
permitan el desarrollo sustentable del sistema eléctrico nacional, para
satisfacer los requerimientos de electricidad del país”.
En cuanto a los Derechos de los usuarios en el Artículo 26 habla que los usuarios del
servicio eléctrico tienen, entre otros, los
siguientes derechos:
- Obtener el suministro de energía eléctrica de la
empresa distribuidora concesionaria en el área geográfica donde estén
ubicados.
- Recibir la atención oportuna de sus reclamos, en
primera instancia del proveedor del servicio eléctrico, en segunda
instancia de la autoridad municipal, y en última instancia de la Comisión
Nacional de Electricidad.
- Organizarse para participar en la fiscalización de
la calidad del servicio eléctrico, en coordinación con la autoridad
fiscalizadora municipal.
- Exigir y recibir del proveedor del servicio
información completa, precisa y oportuna para la defensa de sus derechos.
- Obtener de la empresa proveedora del servicio
eléctrico una compensación adecuada cuando la calidad del servicio no
cumpla con las normas de calidad del servicio eléctrico que dicte
la Comisión Nacional de Electricidad,
y el resarcimiento de los daños
causados por fallas en el suministro de electricidad.
- Los usuarios calificados podrán adquirir la
potencia y energía eléctrica que requieran mediante contratos con
generadores o comercializadores de electricidad.
- Los demás que establezca esta Ley y su Reglamento y
la legislación en materia de protección al usuario del servicio eléctrico.
Si hablamos de la competencia, el
Artículo 40 dice: “El servicio
eléctrico, en los términos establecidos en
esta ley, es competencia de los municipios, por lo que
corresponde a ellos la dotación y prestación del servicio, por sí mismos o
mediante contratación con terceros”, es allí cuando los ciudadanos se preguntan
a dónde van los impuestos que pagan, muchas son las personas que se dudan si
esto quedó esto como letra muerta.
Ley Orgánica del Sector Eléctrico [en línea]
28.11.2021 https://transparencia.org.ve/project/ley-organica-del-sector-electrico/
Consulta del 22.11 al 28.11.21
Prohibido olvidar que el
avance de un derecho facilita el desarrollo de los demás,
así como la privación de un derecho afecta negativamente a los
otros. Lo que quiere decir que el no tener energía eléctrica afecta el derecho
al trabajo, a su vez al bienestar, buena salud, alimentación y acceso a
educación como también la cultura.
Dicho en criollo, es una especie
de efecto bola de nieve que
hace ascender aceleradamente el deterioro de la calidad de vida de los
ciudadanos, una cosa va llevando a la otra generando acciones negativas similares
mientras los problemas se salen de control, creando un círculo vicioso y un
país donde no se respeta nada y quien exige vivir dignamente es visto como un tóxico
desubicado.
Algo de lógica simple no está de más
Es cierto, nadie anda con un
cartel propagandístico prohibiendo que las personas vayan a la Librería
Paulinas, ni se les ha dicho directamente a las hermanas que no le van a poner
la luz, pero indirectamente se les está negando el arreglo o compra de los
transformadores por no existir recursos suficientes y eso no es responsabilidad
de las hermanas, porque no fueron ellas las que quemaron los transformadores. Es
responsabilidad de la empresa estatal garantizar, no solamente la atención
oportuna a dicho reclamo, sino que cada ciudadano reciba respuesta rápida sobre
su requerimiento de conformidad con el deber ser.
Expresa Galíndez: “Hemos tocado
muchísimas puertas solicitando ayuda para que se resuelva este problema porque
estamos dando el servicio porque somos misioneras, no nos importa pasar calor y
estar aquí trabajando, pero no podemos hacerle eso a las personas que vienen a
la librería y someterlos al calor, además que no podemos usar el punto de venta,
entonces casi que los obligamos a comprar en efectivo o en pagomóvil que muchas
veces, no todas las personas lo tienen, por eso nosotras apelamos a la caridad
de Corpoelec, queremos que vengan y nos ayuden a solucionar para que nos pongan
la luz por lo menos del poste de la calle para que nosotras podamos dar nuestro
servicio, queremos también hacer la novena de navidad con el grupo de
colaboradores que vienen siempre a la librería, claro, con las normas de
bioseguridad, igualmente darle la oportunidad a la gente que venga a nuestra
capilla que es un oratorio donde la gente viene a orar, a encontrarse con Dios”.
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Tanquillas en la Librería Paulinas FOTO: Karla Ávila Morillo |
Finalmente ellas quisieran que se
haga realidad la ayuda, que sean escuchadas, porque la administración del
centro comercial ya hizo el reclamo formal ante Corpoelec, de hecho, las
religiosas como propietarias del local, ya dieron una cuota de dinero para que
se limpiara el lugar donde estaban los tres transformadores, se evaluara el
estado de los aparatos donde se supo que dos de estos se dañaron por completo y
uno tiene arreglo, ahora bien, el arreglo y restitución de cables tiene un
costo superior a los 1000 dólares que es imposible para ellas poder pagarlos,
además los inquilinos que estaban en el centro comercial eran alquilados y se
mudaron, prácticamente se quedaron solas en la planta baja del edificio.
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Tanquilla donde están los transformadores de Librería Paulinas FOTO: Karla Ávila Morillo |
Con respecto a la seguridad,
afirman que las han robado dos veces por lo que ahora trabajan con la reja
cerrada y atienden previa llamada o aviso, abren la librería de nueve de la mañana
a doce del mediodía porque en la tarde ya no se atreven a quedarse solas,
igualmente aprovechan la oportunidad para opinar que les parece sospechoso que
dos funcionarios policiales acudan al lugar semanalmente a tomarse fotografías
en la parte exterior de la librería y luego se retiran, ellas no saben a qué se
debe esa situación ni para qué se toman esas fotografías. Estos policías nunca
han entrado al local, no han hablado con las monjas, ni tampoco dan rondas
preventivas para brindarles protección.
El llamado es a quien pueda
influir en la toma de decisiones para una solución rápida y adecuada a este
problema que no solamente afecta a las religiosas sino también a los otros
propietarios e inquilinos como a todas las personas que desean adquirir los productos
o ir a buscar un poco de paz espiritual.